viernes, 26 de abril de 2013

EL JAMÓN DEL SÁNGUCHE- Graciela Bialet-

Sinopsis:Cecilia es una adolescente como cualquiera, aunque con una vida particularmente complicada. Hija adoptiva de padres divorciados que han vuelto a formar cada uno su familia, siente que su lugar en el mundo es el de estar siempre en el medio, como "jamón del sánguche". Pasa sus días dividida entre casas diferentes, y rodeada de hermanastros que son una verdadera molestia, tratando de construir un espacio propio: su diario.

La llegada de un intruso a su fiesta de cumpleaños, y un mensaje anónimo, son el inicio de una aventura: la de investigar sus verdaderos orígenes, y conocer a sus hermanos de sangre, dados también en adopción. 

En el camino de descubrimiento que supone recuperar su identidad, deberá enfrentar numerosos conflictos: contener a su mejor amiga, víctima de un padre golpeador; sobreponerse a una traición; conocer el amor; y descubrir que tras las discusiones con sus padres y hermanastros, se esconde una verdad inquebrantable: lo que nos une son los lazos del corazón.





domingo, 24 de marzo de 2013

EDUCAR Gabriel Celaya

EDUCAR
Gabriel Celaya

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestro propio barco,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

miércoles, 23 de enero de 2013

Soy feliz, TERESA PARODI

La vida llama a mi puerta 
Me está llamando 
La vida empuja mis pasos 
Me está empujando 
Me pide más todavía 
Me pide amparo 
Me pide manos tendidas 
Me pide tanto 

Me pide un sueño sincero 
Me pide hermanos 
Me pide flores naciendo 
Me pide lazos 
Me pide punta de lanza 
Me pide un canto 
Que nombre todas las cosas 
Que quiero tanto 

Me pide un beso en la frente 
Me pide un salmo 
Me pide un gesto amoroso 
Resucitando 
Del fondo de las tristezas 
Lo más humano 
Me pide el alma y el cuerpo 
Me pide tanto 

Y yo le doy mi alegría 
De un solo trago 
Le doy mis versos ariscos 
Desorbitados 
Mis ganas, mi pensamiento 
Mi grito largo 






TERESA PARODI

Poema:Mujeres- Por Nidia Rosa Benitez


Somos la madre tierra
brotamos, germinamos
     fecundamos
somos ùtero que contiene,
vientre que abriga,
nido que cobija,

Parimos hijos, sueños,
esperzanzas , ideas.
Morimos en cada alumbramiento
Re-vivimos en cada nacimiento.

Somos indescifrable misterio
tristeza y llanto en el puerperio.

Somos tierna caricia
mecièndose en la brisa.
Somos manos que sostienen
brazos que acunan.

Somos tibia piel
pechos de miel
rìo de leche
que nutre con amor
y calma con dulzor.

Somos el pan caliente
el corazòn ardiente.
Somos dèbiles valientes
apasionadas, inteligentes.

Somos suaves voces
somos lobas feroces.

Somos guerreras de la paz
pacifistas de la guerra

Somos palabra que nombra el dolor
que denuncia el horror.
Somos palabra
que convoca a la uniòn
que implora el perdòn.

Somos el grito silenciado
el gènero atropellado.

Somos protagonistas de la historia
personaje secundario
casi sin historia.

Somos luna que alumbra
compañeras en la penumbra.
Somos la clara oscuridad
luz que guìa en la inmensidad.

Somos empresarias, maestras,
psicòlogas, vendedoras,costureras
amas de casa, labriegas.

Somos pañuelo blanco,
delantal, portafolio,
rodete y taco alto.

Somos hermanas, tìas, primas
amigas, novias.
Somos abuelas, madres
esposas, amantes.
.............................

¡Somos Mujeres!

Poema ¿Qué les queda a los jóvenes? MARIO BENEDETTI

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.

Poema Bendición Irlandesa


Entrevista a Inés Garland-por Manuel Bence Pieres


LUNES, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2009

Entrevista con Inés Garland

“Perdón, me agarrás cocinando”, dice Inés. El olor a cebolla se siente por todo su departamento ubicado sobre la Avenida del Libertador. “No estoy llorando ¿eh? Es la cebolla”, agrega. Tiene puesto un delantal de cocina sobre el jogging y el buzo. Hace un rato llegó de su habitual corrida por el Rosedal y ahora está cocinando para su hija Abril que todavía no volvió del colegio. Inés Garland no se siente identificada con la figura del escritor loco que está todo el día escribiendo. “Me doy cuenta que tengo muchos rasgos que comparto con otros escritores, pero me parece que tengo otra manera. Tengo mala memoria, soy mucho menos académica, y además hago muchas otras cosas. No es una cosa a la que me dedico las veinticuatro horas del día”.
Se acaba de editar, por Alfaguara, su última novela “Piedra, Papel o tijera”. Es sabido que Inés recurre a lo autobiográfico en sus relatos. Por eso al caminar por el living de su departamento uno no puede dejar de buscar pistas que lo conecten con su novela. Sobre uno de los muebles hay una foto en blanco y negro de una chica rubia entre los juncos. Esta novela cuenta la historia de Alma, Marito y Carmen. Alma es una chica de clase alta que va todos los fines de semana a una isla en el Tigre. En una inundación va a conocer a unos isleños, Marito y Carmen.
En tu última novela contás la historia de una amistad entre tres chicos de diferente clase social que a medida que crecen se van a chocar con esta diferencia. ¿Por qué quisiste contar esta historia? 
Nunca me había preguntado por qué quise contar esa historia. No sé si quise contar esa historia o apareció. Yo creo que es algo que tiene que ver con lo que hay detrás de las apariencias, que es algo más esencial que para mí une a las personas y las une más allá de las diferencias aparentes. Y es algo que yo siento muy profundamente en mi vida, el vínculo con los demás que no pasa ni por la clase social, ni por el aspecto físico, ni por la edad. Pasa por otro lado.
¿Lo que contás en la novela es algo que te pasó a vos personalmente?
A mí no me pasó lo que pasa en la novela. Ni me enamoré de un isleño, ni nada que se le parezca. Me pasó que tengo amigos de diferentes lugares, países, orígenes sociales e ideologías, y no tengo nunca la sensación de que algo así me separa de otra persona. Quizás en una relación amorosa pasaría, no sé. Nunca tuve una relación de pareja muy desigual en cuanto esas cosas. Pero igual nunca sentí que me afectara eso. A lo mejor es un ideal que tengo yo. Esas cosas no deberían inhibir.
¿Qué es lo autobiográfico para vos?
Existe lo autobiográfico cuando las personas que escriben están totalmente ligadas a lo que se cuenta. Yo soy bastante autobiográfica, o mejor dicho autorreferente que no es lo mismo. Escribo mucho desde lugares que son míos, maneras que tengo de ver o de sentir. Los protagonistas tienen bastante que ver conmigo. Sin embargo, los otros personajes que creo son inventados. O sea, cuando me dicen que soy autobiográfica se refieren a los protagonistas, pero los demás personajes no son así. El problema sería si todos los personajes fueran iguales. Pero hago mucho cóctel. De diferentes personas, hago un personaje. De diferentes situaciones que me pasaron, hago un cuento. Por ejemplo, en “La reina perfecta” lo de la mujer que entra al cuarto de la chica, eso no me pasó jamás. Y yo lo hice porque era necesario para el cuento.
¿Y eso te genera problemas con tu familia o tus amigos?
Sí, pero ya se acostumbraron. Igual yo siento como escritora que la lealtad es hacia la escritura, a lo que estás inventando. Si yo hago una mamá parecida a mi madre, por ejemplo, pero mucho más mala, mamá se va a sentir herida. Pero bueno, lo siento. El cuento te lo pide y lo hacés. Y ahí tenés que ser descarnado. No es fácil.
Tus personajes suelen ser muy reflexivos o les pasa como a Alma, que sentía que no formaba parte de ningún grupo.
Eso es una sensación que he tenido muchísimo, la sensación de no pertenecer a ningún lado. Que a lo mejor es un modo de mirar la vida de los otros también, de pensar que los otros están más unidos entre sí de lo que en realidad están.
¿Y eso por ahí te acercó a la literatura?
Sí. Te lo decía y pensaba si eso sería el huevo o la gallina ¿no? Yo de chiquita leía muchísimas horas y me pasaba muchas horas soñando despierta. Mientras mis hermanas y mis primas jugaban yo estaba en mi mundo, en mis fantasías, leía horas y horas, e inventaba cosas. Pero siempre tuve esa sensación doble. Por un lado la lectura y la escritura me consolaban de esa otra sensación de ser como de otro planeta. Ahora se suavizó, pero era muy fuerte en mi adolescencia.
¿Cuál es tu tema literario, el que más te obsesiona?
Yo diría que mi tema es el modo de salir al encuentro de los otros y la necesidad de encontrarme con otras personas. Y algo así como un anhelo o un hambre que hay en la mayoría de mis personajes. Y, por lo general, los protagonistas de lo que escribo fracasan en eso. Es como si se encontraran con una pared. Y eso tiene que ver con una sensación que a veces tengo yo. Por ahí es porque es una necesidad muy profunda y a lo mejor exagerada con respecto a la posibilidad que tienen los seres humanos de encontrarse. Pero me costó muchísimo trabajo, y muchísima tristeza, darme cuenta de que a lo mejor es una fantasía que no se cumple.
De golpe se siente un olor extraño. “Hay olor ¿no?”, dice Inés. “¡La cebolla!”, grita y sale corriendo hacia la cocina. Lolo, el gato que le regaló a su hija, da vueltas por el living. Afuera la lluvia cae sobre una Buenos Aires gris. “Viste que no se puede cocinar y hacer entrevistas a la misma vez”, dice cuando vuelve. “¡Lolo, baja de ahí!”, le ordena Inés al gato que ahora se subió a uno de los estantes de la biblioteca. “Cuando hay invitados se asusta”, dice Inés y se vuelve a sentar. El gato no hace caso.
¿Te sorprendió que “Piedra, papel o tijera” fuera editado en una edición para jóvenes?
Me sorprendió, pero no me molestó. Porque además me parece que ellos saben. Es una colección de la que me siento honrada de participar. Tiene muy buenos libros.
¿Qué les recomendarías a los chicos que están empezando a escribir?
Si tengo que resumir, les diría que no piensen tanto que tienen que demostrar algo a través de la escritura sino que piensen en expresarse y que escriban. Que se metan a fondo consigo mismos, con lo que piensan, con lo que sienten. Que no truchen, que no quieran dar una imagen de sí mismos. Y que laburen como carpinteros. Pero lo primero es esa honestidad, como una cosa de no tener pruritos a la hora de exponer lo que somos.

por Manuel Bence Pieres